Últimamente se está hablando mucho a cerca de la tendencia de usar pulseras religiosas sin saber y entender su significado. Muchas personas optan por usar crucifijos, medallas de la Virgen o santos, como si se tratase de los únicos símbolos que representan la espiritualidad y la religión.

Para algunas personas esta tendencia no es un simple deseo de seguir una moda. De hecho, para una a creyente, usar una pulsera con una virgen, un crucifijo u otro símbolo, sin importar que este diseñado con una inclinación moderna no disminuye su valor, más bien se trata de hacer visible la espiritualidad y de llevarla siempre presente.

El significado que cada uno le da a la pulsera, vale más que otros contextos, ya que este significado puede marcar la diferencia, que comúnmente es muy sutil, entre lo sagrado y lo banal.

Por ejemplo, la pulsera de la mano de Fátima. Comúnmente se usa como un amuleto que hoy en día se usa como un objeto ornamental. Lo que pocos saben es que, para los cristianos, los judíos y los musulmanes, la mano de Fátima representa la presencia de Dios, que observa, bendice y protege. Es por esto, que el colgante también se conoce como la Mano de Dios.

Por otro lado, la pulsera del árbol de la vida es otro símbolo que ha perdido su significado religioso. En general, podemos concluir su significado más profundo como una referencia de la inmortalidad y la vida eterna. Para los cristianos y los católicos, el árbol de la vida tiene un significado diferente, ya que Dios coloca en el Jardín del Edén un árbol de la vida, junto al árbol del Conocimiento representando el bien y el mal.

“Un árbol que crece exuberante en el Paraíso, que nunca se marchita, y que da alimento, sombra y protección a aquellos que quieren reunirse bajo sus ramas…”

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