Si el tratamiento resulta eficaz en humanos, el virus SARS-CoV-2 no podrá hacerse resistente tan fácilmente contra el fármaco a través de la mutación
El antiviral que investiga la empresa española Pharmamar podría ser el primero de una nueva generación de fármacos dirigidos a controlar a pandemia de la covid-19. La revista « Science» publicó ayer los resultados de un estudio preclínico cuya conclusión es definitiva: «Creemos que nuestros datos y los resultados positivos iniciales del ensayo clínico de PharmaMar sugieren que la plitidepsina (aplidina) debe considerarse seriamente para ensayos clínicos para el tratamiento de covid-19».
En pacientes, de momento solo se ha llevado el ensayo clínico en fase II Aplicov-PC, para el tratamiento de pacientes adultos con covid-19, que requieren ingreso hospitalario, con buenos resultados de seguridad y eficacia.
El estudio, realizado en 45 pacientes de 13 hospitales españoles, ha ofrecido resultados positivos y la compañía trabaja con las autoridades regulatorias de España y otros países para poner en marcha en ensayo clínico en fase III.
El medicamento, a diferencia de los antivirales tradicionales, como el remdesivir, se dirige a una proteína del huésped en lugar de una proteína viral. «Plitidepsina es un inhibidor extremadamente potente del SARS-CoV-2, cuya principal ventaja es que se dirige a una proteína de las células humanas y no a una proteína del virus», destaca Kris M. White, de la Escuela de Medicina Icahn del Monte Sinaí (EE.UU.) y uno de los autores de la investigación.
El artículo asegura que «la actividad antiviral de plitidepsina contra el SARS-CoV-2 se produce mediante la inhibición de la diana eEF1A». Esto hace que, si el tratamiento resulta eficaz en humanos, el virus SARS-CoV-2 no podrá hacerse resistencia tan fácilmente contra el fármaco a través de la mutación.
Explica Pablo Avilés, investigador de Pharmamar, que plitidepsina, el actuar sobre eEF1a, imposibilita que el virus use la maquinaria celular para replicarse y crear así nuevas partículas víricas. Es decir, cuando un virus infecta a una célula, «este se apropia de la maquinaria celular para replicarse y crear nuevas partículas víricas. «Plitidepsina actúa sobre esos mecanismo celulares de los que el virus se apropia e impide que el virus se reproduzca. Es como si el virus necesitase una ‘fotocopiadora’ para replicarse dentro de la célula y plitidepsina bloquea esa fotocopiadora».
Y esto es lo que hace diferente a otros antivirales y le confiere una ventaja porque, comenta Avilés, «le hace ser independiente de la cepa del virus», algo relevante ante la actual formación de nuevas cepas del coronavirus. «Sí finalmente llega a la clínica, se podría administrar a cualquier tipo de paciente infectado por lo qué, teóricamente, funcionaría independientemente de la cepa».
Además, comenta White, «si plitidepsina tiene éxito en el tratamiento del covid-19, el virus del SARS-CoV-2 no podrá hacerse resistente frente al tratamiento mediante mutaciones, lo que representa una gran preocupación con la actual propagación de las nuevas variantes del Reino Unido y Sudáfrica».
El laboratorio que dirige el español Adolfo García-Sastre, director del Instituto de Salud Global y Patógenos Emergentes, de la Escuela de Medicina Icahn del Monte Sinaí, desde el descubrimiento del agente causante de la covid-19, ha estado al frente de la investigación sobre la biología molecular, la patogénesis, el tratamiento y la profilaxis de las infecciones por SARS-CoV-2.
«De todos los inhibidores del SARS-CoV-2 que hemos clasificado en cultivo de tejidos y en modelos animales desde que iniciamos nuestros estudios con el SARS-CoV-2, plitidepsina ha sido el más potente, lo que subraya su potencial como terapia para el tratamiento de covid-19», asegura el coordinador del estudio publicado en «Science».
La pandemia de SARS-CoV-2 ha creado la necesidad de terapias antivirales que puedan trasladarse rápidamente a la clínica. Hace unos días José Alcamí, investigador del Instituto de Salud Carlos III, afirmó a ABC Salud que existía una necesidad urgente de antivirales. Esto ha llevado a los investigadores a examinar antivirales clínicamente aprobados.
Y uno de ellos es plitidepsina, un fármaco aprobado para su uso en mieloma múltiple. En el estudio de «Science», en células humanas, demostró una potente actividad anti-SARS-CoV-2, 27,5 veces más que el remdesivir probado en la misma línea celular.
La compañía trabaja con las autoridades regulatorias de España y otros países para poner en marcha en ensayo clínico en fase III
Y, cuando se probó en células pulmonares humanas, redujo en gran medida la replicación viral. Además, después de llevar a cabo más experimentos con remdesivir y plitidepsina in vitro, los investigadores sugieren que la plitidepsina tiene un efecto aditivo con este fármaco ya aprobado y sería un candidato potencial para una terapia combinada.
Mientras que los antivirales tradicionales, como el remdesivir, se dirigen a enzimas virales que a menudo están sujetas a mutación y, por lo tanto, al desarrollo de resistencia a los medicamentos, los antivirales que se dirigen a las proteínas de la célula huésped necesarias para la replicación viral podrían evitar la resistencia.
Los investigadores también probaron el fármaco en ratones posteriormente infectados con SARS-CoV-2. Los ratones que recibieron el fármaco de forma profiláctica habían reducido la carga viral y la inflamación pulmonar en comparación con los ratones de control.
El documento también afirma que, aunque la toxicidad es una preocupación en cualquier antiviral dirigido a una proteína de la célula humana, el perfil de seguridad de plitidepsina está ya documentado en humanos.
La publicación concluye que el ‘diferente’ mecanismo de la plitidepsina la confiere una eficacia antiviral in vivo por lo que sus autores creen que «estos datos, y los resultados positivos iniciales del ensayo clínico de PharmaMar sugieren que plitidepsina debería considerarse seriamente para ampliar los ensayos clínicos para el tratamiento de covid-19».
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